La participación ciudadana es un derecho fundamental y un proceso mediante el cual los ciudadanos intervienen de forma activa en la toma de decisiones públicas, en la gestión de los asuntos públicos y en el control social.
Esta participación puede darse en diferentes niveles, desde el local hasta el nacional, y a través de diversos mecanismos, como el voto, las consultas populares, las audiencias públicas, las veedurías ciudadanas, los cabildos abiertos y la iniciativa popular.
Es importante porque permite:
Fortalecer la democracia: Al dar voz a los ciudadanos y permitirles influir en las decisiones que les afectan.
Mejorar la gestión pública: Al hacerla más transparente, eficiente y responsable.
Promover el desarrollo sostenible: Al incorporar las necesidades y prioridades de los ciudadanos en la planificación y ejecución de las políticas públicas.
Combatir la corrupción: Al aumentar el control social sobre la gestión pública.
La participación ciudadana es un proceso continuo que requiere del compromiso de todos los actores: ciudadanos, organizaciones sociales, gobiernos y sector privado.