La bandera de Colombia, un reflejo de la historia, la pasión y la identidad de un país que ha superado adversidades y ha emergido con fuerza y determinación, ondea al viento los colores amarillo, azul y rojo como símbolo de aliento y valentía de todas las mujeres que han dejado su huella en nuestra historia.
El amarillo resplandece como el sol en su apogeo, una luz radiante que representa la bondad y el espíritu cálido y acogedor de la mujer colombiana, quien recibe a amigos y extraños por igual con brazos abiertos y sonrisas sinceras. Color del coraje, lucha y firmeza de mujeres que, con valenơa, han enfrentado la adversidad, como el sol radiante que nunca deja de brillar.
El azul profundo como los océanos que bañan la costa, refleja la fortaleza de las mujeres quienes han enfrentado tormentas y olas de desafíos pero persisten en el deseo de alcanzar horizontes inexplorados y sueños más allá de lo conocido.
Luego está el rojo, que arde como el corazón de las mujeres de esta tierra, es el ímpetu que las impulsa con vitalidad y resiliencia a trabajar día a día por si mismas y su país.
La bandera de Colombia más que una combinación de colores y símbolos es un reflejo de la belleza, calidez, audacia y pasión inquebrantable de las mujeres que llama a la unidad, la perseverancia y a la esperanza en un futuro mejor.
Cada vez que se alza en lo alto, se ondean las historias de miles de mujeres colombianas que, con valentía, un tapiz de resiliencia, de esperanza y determinación, forjaron un camino de empoderamiento en la nación que se contínúa tejiendo.